La substracción de órganos de presos ejecutados en China comenzó en 1984, cuando se puso en práctica una ley en China que lo permitía. En 2001, el público tuvo conocimiento de esta práctica a través del testimonio del Dr. Wang Guoqi al Congreso de EE.UU. A nivel mundial, la extracción de órganos de presos ejecutados está prohibida por ser poco ética. En 2006, los primeros testigos y el informe de Kilgour y Matas declararon que los órganos se sustraían a presos de conciencia vivos, en su mayoría practicantes de Falun Gong detenidos. Los datos sugieren que la obtención de órganos era “sobre pedido”, porque los órganos se extrajeron sin el consentimiento y los donadores murieron en el proceso. Las entrevistas telefónicas hechas por David kilgour y David Matas revelaron que en 17 localidades de China, los órganos se obtienen de practicantes de Falun Gong detenidos. Lo que sugiere que la sustracción forzada de órganos en China es una atrocidad generalizada y sistemática, autorizada por el estado. En su libro Bloody Harvest, citan una grabación telefónica del año 2006, donde un Médicos de un hospital chino confirma que ahí se usan “frescos, órganos vivos” de practicantes de Falun Gong. Interlocutor: Quiero saber cuánto tiempo (el paciente) tiene que esperar (por un trasplante de hígado). Dr. Dai: El suministro de órganos que tenemos, es todo el día. Tenemos todos los días. Interlocutor: Los queremos frescos, vivos. Dr. Dai: todos son vivos, todos vivos… Interlocutor: Supe que algunos provienen de los que practican Falun Gong, que son muy sanos. Dr. Dai: Sí, tenemos. No puedo hablar claro por teléfono. Interlocutor: Si puede encontrar de ese tipo, voy pronto. Dr. Dai: Perfecto. Venga, por favor.